"La leche materna humana contiene células madre que son capaces de convertirse en cualquier célula[i]: células del hueso, cartílago, grasa, cerebro, hígado y páncreas, lo que podría traducirse en una terapia frente al cáncer.
Además, la leche materna contiene anticuerpos, factor de necrosis tumoral, interleuquinas y células inmunitarias que destruyen a las células tumorales[ii].
De momento hay tres sustancias en la leche materna con probado efecto antitumoral: la lactoferrina, los ácidos grasos poliinsaturados y la alfa-lactoalbúmina.
Desde los años noventa, se sabe que la leche humana in vitro induce a la apoptosis o muerte celular programada de diversas variedades de células cancerosas . Fueron científicos de la Universidad de Lund, Suecia, los que descubrieron un complejo proteínico en la leche humana que mataba selectivamente células tumorales sin dañar las sanas. El estudio fue portada de las mejores revistas científicas y abría un nuevo camino en las terapias contra el cáncer. ¿Puede la ingesta de leche materna ser alternativa al tratamiento del cáncer?
Catharina Svanborg, una reputada inmunóloga de la Universidad de Lund, en Suecia, y su estudiante de posgrado Anders Hakansson, empezaron, a finales de 1992, a experimentar con leche materna, microbios, proteínas y células en una investigación rutinaria para su universidad. Durante el proceso, y de forma casual, observaron cómo las células cancerígenas disminuían en contacto con la leche humana, suicidándose en masa. La doctora Svanborg y su equipo comprobaron cómo vertiendo una gota de leche sobre las células tumorales éstas desaparecían. Estaban ante un hallazgo sorprendente. A partir de ese instante comenzaron a buscar el mecanismo que producía la destrucción de las células y el componente de la leche que lo provocaba.
Catharina formó un equipo de estudiantes de tesinas para investigar más a fondo el papel de la leche materna como quimioterapia natural. Transcurrieron casi tres años hasta que el equipo pudo ofrecer un estudio fiable y científicamente exitoso sobre el mecanismo del suicidio tumoral en presencia de leche materna. En agosto de 1995 identificaron una variante de la alfa-lactoalbúmina materna que inducía el suicidio o apoptosis de células tumorales actuando directamente sobre el núcleo de las células . Al complejo lo llamaron HAMLET (Human Alpha-lactalbumin Made Lethal to Tumor Cells). HAMLET está compuesta por una proteína (alfa-lactoalbúmina) y un ácido graso (ácido oleico) que se encuentra de forma natural en la leche materna, aunque aún no se sabe con exactitud si la sustancia se forma de manera natural en la leche o puede formarse en el ambiente ácido del estómago de los bebés . La alfa-lactolabumina si no se asocia con ácido oleico no tiene capacidad para inducir la muerte de las células tumorales , .
HAMLET no se ha aislado en ninguna otra leche de animal, parece que esta sustancia es exclusiva de la leche humana.
En el laboratorio, cuando la doctora Svanborg y su equipo ponían en contacto HAMLET con células de leucemia, el 50% de las células morían en sólo seis horas . Los experimentos de laboratorio han demostrado que HAMLET mata a sesenta tipos diferentes de líneas celulares tumorales; lo mejor es que sólo mata las células tumorales, al contrario que la quimioterapia, que arrasa con todo, células malas y buenas.
Todas las células tumorales (gliomas, incluidos los adenocarcinomas de pulmón; mama; tracto gastrointestinal; vías urinarias y próstata; fibrosarcomas y leucemias linfoides y mieloides) con las que se ha probado HAMLET son sensibles a su efecto devastador, mientras que todas las células sanas se muestran resistentes a la actividad de inducción de apoptosis de HAMLET. Cuando HAMLET se inyecta a un ratón de laboratorio con cáncer éste se une a las células sanas y tumorales pero sólo penetra en el núcleo de las tumorales.
Cuando se dio a conocer este descubrimiento en cierto sectores prolactancia la noticia causó euforia, pero en otros ambientes científicos creó mucha polémica. La comunidad científica no daba crédito mundial a un pequeño grupo universitario de investigación primaria. Sólo el poder empírico del estudio y los numerosos artículos publicados por prestigiosas revistas médicas acabaron por convencer a los reputadísimos pero escépticos oncólogos e investigadores reacios al descubrimiento. Uno de ellos fue el vicepresidente de la Sociedad Estadounidense contra el Cáncer (SEC), John Stevens, quien tras conocer la noticia viajó a Suecia.
Stevens comprobó que Catharina Svanborg y su equipo eran científicos únicos y entregados a su trabajo. Su descubrimiento era fascinante y decidieron concederles una ayuda para que siguieran investigando. Una subvención de doscientos millones de dólares convirtió al Laboratorio de Svanborg en el único, fuera de los Estados Unidos, en contar con el respaldo de la SEC.
HAMLET es increíble. En estudios con ratas había demostrado ser capaz de eliminar tumores tan agresivos como el glioblastoma . También se había probado la eficacia de HAMLET como uso tópico sobre lesiones derivadas del papiloma humano .
Hasta el 2007 HAMLET sólo había sido probada en laboratorio, y aunque los resultados eran espectaculares, la reacción de las células cancerosas en el laboratorio no indica necesariamente la misma respuesta en los tumores humanos. La única forma de saber si HAMLET es efectiva en humanos es probarlo. En el 2007 Anki Mossberg, junto con Bjorn Wullt, realizaron un estudio en nueve pacientes con carcinoma transicional de vejiga. Inocularon HAMLET en la vejiga de los pacientes (cinco instilaciones diarias) en la semana anterior a someterlos a cirugía para tratar su tumor y se evaluó la cantidad de células tumorales eliminadas por la orina y la morfología del tumor por la fotografía endoscópica, así como la apoptosis inducida en el tejido de la biopsia tras la cirugía. En seis de los nueve pacientes se observaron células tumorales suicidadas en la orina, y en ocho de nueve pacientes el tamaño del tumor disminuyó y el fenómeno de apoptosis se detectó en el tejido tumoral, pero no en el tejido sano adyacente, lo que indica que HAMLET actúa de forma específica sobre las células tumorales .
¿Hay esperanzas de que HAMLET pueda llegar a convertirse en un medicamento para el tratamiento del cáncer en el futuro o no interesa por lo barato que resulta?
Sin estudios oficiales que corroboren la eficacia de HAMLET en humanos, salvo el estudio con pacientes con cáncer de vejiga, muchos particulares se han sometido a la automedicación láctea con resultados sorprendentes.
Howard Cohen es un físico-teórico americano a quien en 1999 diagnosticaron cáncer de próstata. Tras la terrible noticia decidió iniciar una dieta basada en leche humana una vez encontró y estudió el trabajo de Catharina Svanborg. Después de cuatro años de autotratamiento ha conseguido mantener a raya el PSA (marcador tumoral del cáncer de próstata) sin someterse a quimioterapia. Gracias a que su mujer se encontraba en fase de lactancia al principio de su tratamiento pudo mantener una cadencia de tomas muy generosa: un pequeño biberón diario. Con el destete y la dificultad para hacerse con un suministro estable de leche pasó a un consumo bastante más moderado.
Otro caso muy similar es el de otro médico, el doctor Donn Bauer. Bauer padecía cáncer de garganta y estaba casi desahuciado por la medicina oficial cuando inició un tratamiento con leche materna alentado por un colega médico, el doctor June Meymand, especialista en nutrición y dueño de una clínica privada en Dallas donde, de forma habitual, se suplementa el tratamiento de los pacientes de cáncer con leche materna procedente de un banco de leche de la ciudad. Donn se curó y dijo adiós para siempre al cáncer.
La utilización de leche materna en el tratamiento del cáncer no es un mero hecho anecdótico, hay más pacientes de lo que la sociedad se imagina que toman leche materna para tratar el cáncer, y ya hay estudios en los que se evalúa su ingesta oral durante el cáncer. En el 2009 se publicó un estudio en el que se evaluaba cómo la ingesta de leche materna influye sobre la calidad de vida de las personas con cáncer. La terapia de la leche humana mejoró la calidad de vida de todos los enfermos tanto en el ámbito físico, psicológico y espiritual, y les ayudó a complementar los tratamientos médicos convencionales de forma exitosa y sin apenas efectos secundarios. Todos los pacientes tras notar el efecto positivo de la leche sobre sus síntomas continuaron tomando la leche materna a pesar del costo, el sabor y el desaliento de la comunidad médica convencional. Este estudio es alentador para las personas que deciden probar con la terapia de la leche materna, a pesar de la incredulidad de oncólogos y familiares.
La leche materna puede evitar la inmunosupresión causada por la quimio al ser rica en anticuerpos, macrófagos, linfocitos, neutrófilos, bifidobacterias y células madre . El calostro es especialmente rico en sustancias estimuladoras del sistema inmune . Recientemente en la leche se ha descubierto el factor inhibidor de la leucemia (LIF) , que como su nombre indica, la previene. Estoy segura de que cada día se irán descubriendo sustancias antitumorales nuevas en este increíble líquido gestado por las madres con tanto amor. Porque algo que se crea con amor tiene que ser maravilloso y la leche materna lo es.
El problema de una posible estandarización del tratamiento mediante la ingesta de leche (a falta de la síntesis de HAMLET) es la falta de leche materna disponible en los bancos de leche. Si se generalizase el uso de leche materna para los pacientes de cáncer, los bancos de leche se quedarían sin reservas y los bebés prematuros podrían quedarse sin la oportunidad de tomar leche materna, la cual es crucial para sus posibilidades de sobrevivir y crecer sanos. Habría un problema de prioridades: ¿quién merece recibir leche humana, un prematuro o un enfermo terminal de cáncer? En los bancos de leche el problema es la falta de donantes. Estoy segura de que con el tiempo se les pagará a las madres grandes cantidades por ceder su leche tal y como se hace en Estados Unidos.
A través de la leche se transmiten muchos virus y bacterias (hepatitis, sida…) por lo que la leche consumida deber ser analizada y pasteurizada, no vale cualquier leche.
Si se invirtiese más dinero en investigación y fuera del interés de las multinacionales farmacéuticas se podrían establecer pautas efectivas de tratamiento oral con leche materna. ¿Cuánta leche debe tomar una persona con cáncer para notar los efectos? ¿Es segura la ingesta de leche materna? Espero y deseo que en pocos años tengamos respuestas a estas preguntas.
BIBLIOGRAFIA
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Fernández, O., "Leche materna contra el cáncer", Mis recetas anticáncer, http://www.misrecetasanticancer.com/2014/02/leche-materna-contra-el-cancer.html
¡Uau... qué interesante! Sería muy importante seguir investigando en esa dirección. Creo que no lo favorecen algunas cuestiones como los intereses económicos contrarios, pero también los enormes prejuicios que hay en dar tanto valor a la mujer y a una sustancia producida por ella. Prueba de esto es lo poco que se considera socialmente la lactancia materna y la crianza, las pocas ayudas que ésta recibe y la escasez de bancos de leche materna. Habrá que esperar...
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