A causa de la Covid 19 los Encuentros de madres de LBL se harán on line. Permanece atenta a nuestras redes

jueves, 25 de noviembre de 2021

Violencia obstétrica, algo más que una moda


Hoy es 25 de noviembre, Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres. 

Desde La Buena Leche queríamos acercarnos y acercar a nuestras lectoras a la violencia obstétrica, considerada una forma de violencia contra las mujeres de la que aún no se conoce mucho.

Según la OMS, la violencia obstétrica es aquella que sufren las mujeres durante el embarazo o el parto al recibir un maltrato físico, humillación y abuso verbal, o procedimientos médicos coercitivos o no consentidos.

A pesar de que un amplio porcentaje de sanitarios afirma que no existe violencia obstétrica en nuestra sociedad, un 67,4% de las mujeres en España afirma haberse visto envuelta en una situación que podríamos definir como tal.

Desde el mismo momento en que escuché por primera vez a una mujer, mi madre, contar su experiencia y finalizar la narración diciendo “es que antes se hacía así”, saltó en mi cabeza una alarma que me decía que a lo mejor se hacía así, pero que eso no podía ser lo normal. Y vaya, resulta que sí, que es lo normal, porque hemos normalizado esas prácticas. Porque sigue ocurriendo 34 años después. Porque las mujeres seguimos siendo víctimas de un problema que es global y sistemático. Se nos falta al respeto, se aprovechan del sentimiento de culpa, se nos habla de forma poco adecuada y en muchas ocasiones no se respeta nuestro cuerpo como debería ser respetado.

¿Los profesionales que nos atienden ejercen esta violencia de forma consciente? Pues es posible que no, es posible que cuando la matrona del centro de salud te dice “Con ese peso a ver como ayudas a tu hijo a nacer”, probablemente crea firmemente que te está ayudando o lo hace bajo la convicción total de que está haciendo su trabajo, pero tenemos que acabar con esto.

La OMS considera que la tasa ideal de cesáreas llevadas a cabo debería estar entre el 10% y el 15% de los partos atendidos. Sin embargo, las cifras nos dicen algo muy distinto: en Cantabria prácticamente se supera en un 7% esa cifra (en hospitales públicos) y nos enfrentamos a un porcentaje de alrededor del 40% en hospitales privados.

¿Qué significa esto?

Que se están llevando a cabo prácticas innecesarias con nuestro cuerpo y , cuando se llevan a cabo, estas prácticas se perpetúan con la excusa de que es por nuestro bien y el de nuestros bebés.

¿Deberían desaparecer las prácticas médicas de este tipo?

Rotundamente no, tanto las cesáreas, como las episiotomías, como los partos instrumentales, son prácticas absolutamente necesarias, pero hay que tener muy claro cuándo hay que hacer uso de ellas, y por qué razones.

En el momento en que se piden explicaciones, se interponen denuncias o simplemente “nos atrevemos” a comentarlo con el personal sanitario, las respuestas que recibimos refieren que las mujeres percibimos violencia donde no la hay, que es posible que no hayamos entendido que el procedimiento es el necesario, que no tenemos la edad adecuada... es decir, la culpa es nuestra. Tenemos la necesidad urgente de hacer entender que, cuando se nos practica una maniobra Kristeller*, se está ejerciendo violencia, cuando se nos atan las manos para realizarnos una cesárea, se está ejerciendo violencia, y cuando se nos realiza una episiotomía** (de forma injustificada) se nos está mutilando genitalmente. Por lo tanto, podríamos afirmar que estamos ante un tipo más de violencia de género.

Y es posible que ésta sea la razón por la que al personal sanitario, y a los órganos encargados de terminar con estas prácticas les cueste tanto reconocer su existencia, porque asumir que se está ejerciendo violencia de género en una profesión que tiene que mirar por nuestra salud, no debe ser nada fácil.

La autora Esther Vivas nos anima a cambiar el concepto de embarazo y parto como principio para acabar con este tipo de violencia: "Tenemos que cambiar este imaginario, concebir el embarazo y el parto como procesos fisiológicos y normales, no como patologías. Existen asociaciones como El Parto es Nuestro o Dona Llum que están trabajando mucho en este ámbito y han conseguido avances muy significativos". Y apunta con firmeza: "Para revertirla se pueden hacer varias cosas: para empezar hay que reconocer que la violencia obstétrica existe; hay que crear alianzas con los profesionales de la salud para avanzar hacia un tipo de parto respetado, y hay que incorporar una perspectiva de género y feminista en la formación del personal sanitario".

Marta Busquets, abogada y activista, lucha por visibilizar y concienciar a las mujeres sobre violencia obstétrica y cómo combatirla, a partir del conocimiento de los propios derechos sobre el parto. La jurista escribió su libro Mi embarazo y mi parto son míos basándose en los testimonios de mujeres que no se habían sentido respetadas en su parto y protagoniza, junto a Esther Vivas y otras muchas profesionales y activistas, un movimiento que está levantando ampollas. Como toda lucha incipiente, que remueve los cimientos machistas sobre los que nuestra sociedad, cultura, educación y sanidad están basados, el reconocimiento de esta violencia no está siendo un camino de rosas y mucho menos la lucha para su erradicación. Nos quedamos, para terminar, con las certeras palabras de Busquets "Es importante nombrar la violencia obstétrica, muchas mujeres no saben que la han sufrido", confiando en que lo que se nombra y se lucha, acaba por terminarse. Al menos, desde esta asociación que defiende el quererse y tratarse bien, ese es nuestro deseo.


Annia González Horta y Laura Martínez Cobo para la Asociación La Buena Leche


* La maniobra de Kristeller consiste en ejercer presión sobre el abdomen de la mujer con el supuesto fin de favorecer la salida del feto. La Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia, en sus recomendaciones de 2007, afirma que la maniobra de Kristeller está contraindicada para facilitar el descenso del feto. Esta maniobra puede causar a la madre traumatismos que van desde hematomas y dolor en las inserciones musculares y fractura de costillas hasta rotura del útero e inversión uterina, que pueden provocar a su vez hemorragias graves y, en casos extremos, conducir a la extirpación del útero. En cuanto al bebé, también puede producirle traumatismos y lesiones como las del plexo braquial, que provocan la parálisis de Erb.(Fuentes: El País y El Parto es Nuestro).

** Una episiotomía es una incisión que se hace en el perineo (el tejido entre la abertura vaginal y el ano) durante el parto. Aunque el procedimiento antes era una parte rutinaria del parto, ese ya no es el caso.

miércoles, 3 de noviembre de 2021

Encuentro online de noviembre

Este mes sólo vamos a ofrecer un encuentro online porque... 
¡volvemos con los encuentros presenciales! 
Consulta nuestras redes sociales para más información.



miércoles, 22 de septiembre de 2021

Conociendo La Buena Leche: Isabel y Luna; pasado, presente y futuro de nuestra asociación.



La Buena Leche es una asociación sin ánimo de lucro fundada en febrero de 1997 por Isabel Gutiérrez, Marta Basanta, Blanca Martínez, Josefina Fernández -activas en ella hasta nuestros días- junto con María Luisa Ramos, su primera presidenta, y la ayuda de las matronas Yolanda Martín y Begoña Calvo. Su intención era crear una red de madre a madre desde la que compartir información y apoyarse, a través de su experiencia.


Con el objetivo de acercar la asociación a nuestras lectoras, nos hemos sentado con dos mujeres de La Buena Leche: Isabel Gutiérrez y Luna L. Gutiérrez, en una atmósfera agradable donde se respira cariño, comunicación, respeto absoluto al turno de palabra y mucha complicidad. No en vano, Isa y Luna son socias y, además, madre e hija.

 


TODO EMPEZÓ CON LA TERCERA


“Esto empezó con la tercera” nos cuenta Isa, refiriéndose a la fundación de la asociación y a la tercera de sus hijas, Hada (Arce y Luna son los mayores), con la que sumó casi 8 años de lactancia prácticamente ininterrumpida. “La gente flipaba conmigo”, dice, porque, aunque para entonces ella era plenamente consciente de que la teta no tiene una fecha de caducidad marcada de antemano, la sociedad que la rodeaba, hace 25 años, sí lo creía. “Ahora ya está la gente más acostumbrada a ver criaturas más mayores mamar pero entonces, no”, añade.

 

Pero, a lo que íbamos: la fundación. Isabel fue una de las fundadoras de la asociación y nos cuenta cómo fue y con quién, y el contexto en que se encontraban. Nos habla con cariño de las mujeres con las que se fundó La Buena Leche pero, entre dato y dato, no para de destacar que la asociación le ha dado la satisfacción de haber conocido a muchas mujeres, de haber creado lazos de amistad muy potentes y de haber podido ayudar a madres aunque simplemente fuese por el hecho de acercarse a ellas y escucharlas. “El lugar común es el sufrimiento debido a la soledad que se siente, a querer amamantar y que a la vez todo se derrumbe a tu alrededor”, nos dice, y ahí queda esa frase como eje vertebrador de una charla de lo más nutritiva. 

 

Con Isabel es sencillo transportarse a un Encuentro de La Buena Leche de entonces, llevado por ella y con sus tres criaturas acompañándola, y ahí es donde entra en juego Luna, que se sonríe pensando que ahora muchas madres dicen “no puedo ir a los Encuentros porque tengo a los niños” con todo lo que ella acompañó a su madre a los mismos... Recuerda que tanto ella como sus hermanos se llevaban cosas para pintar y libros para entretenerse, pero “resulta que el libro volvía a casa por la misma página que salía porque se sentaban a mirar y a escuchar”, nos cuenta Isa. Se miran entre ellas mientras lo recuerdan y en ese momento se ve claro el origen de la vinculación de Luna con la asociación. Cuando se le pregunta desde cuándo es socia no se acuerda, lógicamente, pues lo es desde que era una cría, con y sin cuota de participación. Luna recuerda las numerosas llamadas telefónicas que recibía su madre y cómo ella misma ayudaba a aquellas mujeres cuando Isabel no estaba. “Recuerdo decirle a una mujer que podía tomar paracetamol” evoca Luna, con asombro, mientras su madre la mira con una mezcla de ternura y orgullo. Ambas están convencidas de que las lactancias de Luna han sido exitosas gracias a haber visto reuniones y soluciones. Luna dice haber sido siempre muy consciente de las dificultades que podía encontrar pero, también, dice tener mucha suerte y mucha “confianza real” porque ha visto las soluciones.


Luna es una mujer vehemente y cree firmemente en un feminismo que abrace la maternidad y la lactancia materna, aunque no quiere que esta manera de pensar la clasifique como una “loca de la teta”. Defiende que la promoción de la lactancia materna no es sinónimo de presión para que las madres amamanten. De hecho, le interesan mucho los motivos por los que una mujer decide no hacerlo y cree que hay una necesidad clara de empoderamiento en este sentido. “Hay mucho avance”, y “mucha teoría, mucho gurú, mucho manual,” opina, “pero poca guía”. Reconoce que todo ello contribuye positivamente, propiciando que las mujeres que desean amamantar estén más informadas pero, tanto ella como Isa, creen que somos una sociedad que piensa mucho las cosas, las lee, las escucha y las analiza pero no se para a sentirlas.

 


Isabel y Luna siendo niña.

NI TEORÍA NI INSTINTO


Los 25 años que Isabel y Luna llevan perteneciendo, directa o indirectamente, a la asociación y escuchando a mujeres a través de ella, les han dejado claras algunas cosas en las que insisten mucho durante nuestra charla. Una de ellas es que dar teta “no es una teoría ni un instinto” y ambas insisten en que “el bebé nace con instinto pero la madre no lo tiene. “Las madres aprendemos a amamantar”, afirman y, ante la pregunta ¿Cómo? ellas tienen una respuesta firme: viendo amamantar a otras. “Hay que ver mamar” dice Isabel con contundencia. “Tiene que haber cultura”. De ahí que la piedra angular de La Buena Leche sean sus Encuentros. Las consultas son importantes y se atienden muchos casos individualmente pero el encuentro tiene esa magia de sentarte junto a otras madres y verlas dar teta. Los Encuentros de La Buena Leche, que comenzaron a hacerse en los centros de salud (mientras estos tuvieron horario de tarde), sirvieron para normalizar el acto de lactar: “El hecho de hacerse en los centros de salud aportaba la imagen de no ser una locura rara”, nos dice Isabel. Cuando todo esto comenzó, Isa recuerda tener un exceso de entusiasmo que, con el tiempo, aprendió a controlar “para no avasallar”. “Las mujeres de LBL son mujeres de todo tipo, mujeres muy diversas, y eso es tan bonito y tan enriquecedor...”, nos cuenta, mientras se recrea en la cantidad de amistades que se han creado con esta red de madres. Aún están muy activas en LBL cuatro de las primeras socias, Blanca, Josefina, Marta B. y la propia Isabel, precisamente con el vínculo de esa amistad uniéndolas todavía.

 


PRESENTE Y FUTURO


Le preguntamos a Luna sobre el presente y el futuro de La Buena Leche. Luna tiene dos hijos pequeños y muchas ganas de dar impulso a la asociación desde muchos ámbitos. Cree que se la valora poco, que se ignoran algunos logros de esta asociación, como, por ejemplo, su implicación en la creación del Banco de Leche Materna del Hospital Valdecilla o que la asociación organizó y organiza charlas y exposiciones verdaderamente importantes. Ambas recuerdan con cariño, que se ha contado con personas muy influyentes en el campo de la crianza, como el pediatra Carlos González, y nos recuerdan que se acerca la fecha del coloquio con Marta Busquets, escritora, activista y divulgadora (próximo 11 de octubre).

 

A la pregunta "¿en qué momento se encuentra ahora mismo la lactancia materna y qué hace falta?" Luna responde:  “Las madres salen mejor atendidas del hospital, salen con confianza y muchas se buscan la vida por internet, donde hay mucha información." "Además hay más grupos de matronas en los centros de salud”, añade Isa. “Pero hay necesidad de compartir, de hablar, de verse, de vernos”. La pandemia ha hecho estragos en muchos ámbitos pero, para una asociación que basa su actuación en encontrarse y atender como madres a otras madres y que, además, organiza talleres, charlas, picnics y “tetadas” (reuniones para dar visibilidad y normalizar el acto de mamar), la falta de presencialidad está mermando mucho la plenitud de su actividad. 

 

Luna e Isabel en la actualidad.

ERRADICAR LA CULPA


Si algo tienen claro Isa y Luna es que las madres necesitamos escuchar “No es culpa tuya. No es culpa de tu hijo. Pero hay una solución”. Y saber que hay soluciones para casi todo. La culpa, que siempre acompaña a la maternidad, hace mucha pupa en esta parte tan importante de la crianza que es la lactancia, y la manera en que la sociedad nos vuelve seres cada vez más individualistas, que viven de espaldas a su comunidad, alimenta ese sentimiento de culpa. Nos convertimos en madres pero no se nos permite dejar de ser productivas. La sociedad nos quiere criando, con la casa limpia y recogida, “y no somos capaces de dar la bienvenida al caos”, como dice Isabel. “La lactancia no encaja en ese esquema” porque, según Luna, “el patrón social solo contempla un tipo de productividad”. De ahí su defensa del derecho a ver y vernos criar, a abrir las puertas y respirar en un ambiente de comunidad, de tribu. 


Entre risas y anécdotas de índole personal, hemos rozado las tres horas de charla y reconocemos que se nos han pasado volando. “Porque estábamos compartiendo en un ambiente distendido”, insiste Isabel y eso es, precisamente, lo que busca La Buena Leche: crear esa red de apoyo de madre a madre. “Algunas somos asesoras, otras no, pero todas tenemos algo que aportar” concluyen Isabel y Luna, “y todas estamos en La Buena Leche como madres”. 

 



 

 Laura Martínez Cobo



jueves, 5 de agosto de 2021

5 razones para elegir lactancia materna


La 
Semana Mundial de la Lactancia Materna, que se celebra todos los años del 1 al 7 de agosto, es una campaña mundial coordinada por la Alianza Mundial para la Acción de Lactancia Materna (WABA, por sus siglas en inglés) para crear conciencia y estimular la acción sobre temas relacionados

Desde La Buena Leche os dejamos cinco razones para apostar por la lactancia materna y celebrarla, o, al menos, para intentarlo:

1.- La lactancia materna por salud... y no solo la del recién nacido

Los beneficios de la lactancia materna para la salud del bebé son innumerables, pero se habla menos de los beneficios que esta práctica comporta para las madres y nos parece importante destacarlos. El parto y posparto son momentos en los que todo el mundo, empezando por la propia madre, se centra en que la criatura recién nacida se encuentre lo mejor posible. La persona que lo gesta y pare, a menudo, se relega instintivamente a un segundo plano. Estas primeras horas, primeros días y primeras semanas debemos cuidar del recién nacido, y de la madre que lo parió, también. La lactancia materna es la aliada perfecta para que ambos seres salgan adelante en las mejores condiciones.

En este enlace se detallan algunos de los beneficios que la lactancia materna le aporta a la madre:

2.- La lactancia materna como apuesta eco-friendly

En su libro Mamá desobediente, Esther Vivas expone: "Mención aparte merece el negativo impacto medioambiental de la producción y distribución de leche artificial" y afirma, en base a los datos recogidos acerca del impacto medioambiental de la leche de fórmula en su generación, "Ninguna otra leche es tan <<kilómetro cero>> como la humana" aludiendo a que, en la mayoría de los casos, la necesidad de ser alimentada de una criatura recién nacida, se resuelve de manera fisiológica.

3.- La lactancia materna como acto feminista

Vivas defiende que "La lactancia materna puede ser considerada una práctica feminista, ya que favorece a las mujeres en particular, pero también a la comunidad en general, la cual sale ganando con el bienestar de madres y criaturas. La teta es vindicada en clave de salud, pero también en clave emancipadora, por la capacidad que nos otorga de amamantar al margen de intereses privados y sin dependencias externas." 

En este enlace nos lo cuenta:

4.- Cada gota cuenta... su propia historia

"[...] el bebé es un mamífero, y no solo en busca de comida sino de afecto y sosiego" Odent M., El Bebé es un mamífero, Tenerife: Editorial OB STARE, 2014.

La leche humana es un fluido vivo. Esta afirmación es una llamada a reflexionar acerca de lo que nos jugamos cuando hablamos de razones para apostar, defender y difundir la lactancia materna. Un fluido vivo es un alimento que varía su composición en función de las necesidades nutricionales de la criatura que alimenta. Esto implica que una toma no aportará lo mismo que la anterior ni la posterior, siendo estas más ricas en unos nutrientes que en otros en función de la necesidad puntual del bebé. Sus componentes varían entre mujeres e incluso en la misma madre a distintas horas del día, entre ambos pechos, entre tomas, durante una misma toma y en distintas etapas de la lactancia.


5.- La lactancia materna porque te apetece y para disfrutarla

"Porque las tetas otra cosa no, pero gustosas….lo son un rato. 
He pensado en mis lactancias que fueron de lo más satisfactorio y placentero ¡que he tenido en la vida! Ese desear engancharte a tu bebé, y en cómo el placer te recorre el cuerpo! Espero y deseo que todas las mujeres sean capaces de gozar de sus tetas en cualquier momento de su vida. Sean como sean. Viéndolas perfectas forever and ever. Porque todas lo son. ¡En lo bonito que es ver unas tetas chorreando! 
Pienso en cómo las he disfrutado de madre lactante y cómo las disfruto como mujer."

En su cuenta de Instagram, la matrona Laura Cámara celebra la Semana Mundial de la Lactancia  Materna 2021 rindiendo un simpático y desenfadado homenaje a sus tetas. Alba Padró, por su parte, defiende siempre que lo hagas porque te apetece y muchas madres que acuden a nuestra asociación en busca de apoyo afirman que lo hacen porque "se lo pide el cuerpo" y lo sienten como una necesidad fisiológica.

Desde La Buena Leche os animamos a buscar vuestra(s) propia(s) razon(es) para amamantar porque esas serán siempre las mejores.







Y para compartir tu experiencia maternal, exponer tus dudas o resolver los problemas que puedan surgir, no dudes en contactar con nosotras a través de nuestro correo, los teléfonos de nuestras voluntarias y nuestras redes sociales.

Si te gustó esta entrada, háznoslo saber dejando tus comentarios, compartiendo y suscribiéndote para seguir leyéndonos.

La Buena Leche, creando redes de madre a madre

lunes, 2 de agosto de 2021

1-7 de agosto 2021: Semana Mundial de la Lactancia Materna

Del 1 al 7 de agosto se celebra en más de 170 países la Semana Mundial de la Lactancia Materna y por eso nos ha apetecido compartir con todas y todos vosotros la experiencia de una compañera, para que, una vez más, le demos a la lactancia materna el lugar que se merece.❤️




«Cuando tomé la decisión de alimentar a mi bebé con el pecho y me preguntaban "¿por qué?", repetía siempre “porque es lo mejor”, como un mantra que se repetía en mi cabeza una y otra vez, como si en realidad, en el fondo, hubiera algo que me decía "no importa si lo alimentas de otra manera". Y, madre mía, no podía estar más equivocada. 

Claro que no pasa nada, el asunto no es lo que pasa, sino más bien, lo que deja de pasar. Lo que te pierdes cuando no das el pecho es mucho mayor que lo que ganas. Pierdes noches en vela durante horas, pierdes dolor de muñecas de cargar al bebé, pierdes dolor en el pecho a causa de la ingurgitación, pierdes la posibilidad de poder hacer algo con los dos brazos al mismo tiempo, pierdes la sensación de que tus pechos ya no forman parte de tu sexualidad, pierdes literalmente gotas de leche allá por donde pasas.
 
Pero es que, aunque todo parezca malo, hay que ser claras y decir que también pierdes momentos de conexión con tu bebé que sólo quien amamanta puede entender, pierdes las miradas infinitas que tu bebé te dedica cuando mama y, en mitad de la mirada, deja de comer para sonreírte y dejar escapar la última gota de leche que salió de tu pecho por la comisura de sus labios, pierdes la capacidad de empoderarte al dar y mantener vida con tu propio cuerpo, sin necesitar nada más, pierdes el consuelo, ya que tenemos la falsa creencia de que nosotras les consolamos a ellos... ¡ay, pero si no hay nada más consolador que te busquen cuando no entienden el mundo y necesitan amor! Pierdes la oportunidad de vivir junto con tú bebé cada minuto de su vida, de su crecimiento, de su evolución. Es tanto lo que pierdes, que no merece la pena ni siquiera mencionar lo que ganas».

¡Feliz Semana Mundial de la Lactancia Materna!
Annia González Horta

martes, 6 de julio de 2021

Picnic anual de la Buena Leche



¡Hola a tod@s!

El próximo día 11 de este mes de julio, vamos a retomar una de las actividades anuales de la asociación que nos encanta celebrar y que a causa de la alerta sanitaria que estamos viviendo no se pudo celebrar el año pasado: EL PICNIC ANUAL DE LA BUENA LECHE. 

De forma habitual cada familia llevaba algo de comer y de beber y se compartía entre todos. Debido a la situación lo de compartir estará un poco más difícil y deberemos mantener las medidas anti-covid que todas conocemos, como es la distancia social recomendada y la mascarilla cuando no sea posible mantener la misma. 

Lo celebraremos al aire libre, en la campa del Centro cultural "La Jaya" junto a la bolera en Maoño, el domingo 11 de julio a las 13h, para así poder disfrutar grandes y pequeños, jugando, charlando y compartiendo un buen rato.

Aquí os dejamos el link con la ubicación:

https://maps.app.goo.gl/MFPLX94gvegqKZXP9

Familias, ¡estáis invitadas, os esperamos!






lunes, 17 de mayo de 2021

SEMANA DEL PARTO RESPETADO 2021


Esta semana celebramos la Semana Mundial del Parto Respetado, que desde 2004 pretende sensibilizar sobre los derechos básicos de las mujeres en la atención a su parto. El objetivo es que la legislación sanitaria de cada país sea cada vez más respetuosa, dando la máxima protección tanto a la dignidad como a la intimidad, y proporcionando información adecuada para que las usuarias puedan tomar decisiones libremente entre las alternativas disponibles. 

Es importante que las mujeres conozcan sus derechos para poder hacer uso de ellos. La experiencia subjetiva del parto va a estar relacionada con las expectativas que se tengan sobre el mismo y con la sensación que haya podido vivir la parturienta como parte activa y no pasiva, con la atención cálida y con el respeto a su plan de parto.

Desde la llegada de la  pandemia por Covid-19 los derechos básicos se han visto mermados en múltiples ocasiones, a veces sin verdadera necesidad, pero siempre impulsados por el miedo y el deseo de proteger tanto a la madre y a la criatura como al personal sanitario. En La Buena Leche creemos en la importancia de seguir manteniendo esos derechos, ya que la ausencia de ellos también pueden producir daños no deseados.

Aquí puedes encontrar más información de los derechos en la atención al parto:

https://www.elpartoesnuestro.es/informacion/conoce-tus-derechos-area-legal/conoce-tus-derechos 

Aquí tenéis la estrategia nacional de atención al parto normal:

https://www.mscbs.gob.es/organizacion/sns/planCalidadSNS/pdf/equidad/planPartoNacimiento.pdf 

Y aquí os dejamos con la experiencia reciente de una mamá. Si queréis, podéis hacernos llegar la vuestra durante esta semana. Deseamos que el parto respetado siga avanzando y extendiéndose por todos los lugares del planeta.


LA EXPERIENCIA DE LORENA

Este mes celebraremos la semana del parto respetado y otra vez, como hice con mi primer parto, os voy a contar cómo fue. 

Durante el embarazo ya me había mentalizado de lo que quería: un parto natural sin analgesia. El primer parto fue bastante rápido y, si hacía caso a la estadística, éste sería más rápido aún. Eso me motivaba más, pensaba: "si duele, al menos sé que será menos tiempo". Y según más leía y me informaba, más segura me encontraba. Además de saber que los partos sin intervención también son más rápidos. Todo apuntaba muy bien. 

Aquella mañana me volvieron a realizar la maniobra de Hamilton y hacia la medianoche entraba en Valdecilla con la bolsa rota. Aquel paseo hasta entrar en urgencias fue el repaso último, no dejaba de repetirme en la cabeza: "estamos hechas para parir". Tantas y tantas horas pensando en el parto, mentalizando a mi cuerpo de la tarea que tenía por delante de nuevo. 

Entramos, primera valoración y no había dilatado apenas, pero lo bueno es que las contracciones eran muy seguidas, con muchas ganas de pujar; así que la matrona me dijo que había mucha dinámica y que eso era bueno. 

Pues nada, nos toca hacernos la PCR y a dilatación-paritorio sola, papá se tiene que quedar fuera esperando resultado. Mierda de protocolo Covid, pero no hay otra, es lo que nos ha tocado a las embarazadas en tiempos de pandemia. 

Después fue todo muy rápido (se cumplía lo esperado) en nada ya de 6-7 cm. "Pues ya, anestesia nada", le digo. Total, si ya llevamos este ritmo y las ganas de pujar, que no se van en ningún momento. Seguimos.

Poco después, mientras hablaba con mi matrona y me ponía la vía, llegó una contracción en la que claramente note la cabeza bajar. Tras 4 pujos más y sentir el "aro de fuego" del expulsivo, mi segunda pequeña nació.

Alrededor de dos horas. No me lo podía creer. Me ayudaron a tumbarme porque me temblaba el cuerpo entero del subidón que tenía de hormonas...oxitocina, adrenalina, felicidad y de todo por mi torrente sanguíneo. 

De nuevo, otra vez, un recién nacido sobre mi pecho y ese "rayo" que te atraviesa el corazón. Otra vez me había vuelto a enamorar. En ese instante papá apareció en el paritorio, con la comunicación de nuestro negativo en la PCR; pero se perdió la llegada de la peque...otra de las m*****s del protocolo Covid. Pero bueno, me quedo con haber cumplido mi deseo de parto y que ambas estábamos perfectamente bien.

                                                                                                               Lorena G.


viernes, 16 de abril de 2021

Nacer en pandemia: el relato de Martina







356 días de lactancia exitosa llevamos por aquí. Aunque cada día es un poquito más borroso el recuerdo del comienzo, aún tengo muy presente esas primeras semanas de dolor, incertidumbre y sobre todo de angustia.

Nacer en pandemia tuvo su parte buena, el no tener visitas y poder fluir al son de tu bebé creo que es un "must", pero el poco apoyo sanitario era desesperante para nosotros. Que si pezonera sí, que si pezonera no... que si había frenillo pero "poco", que el niño se enganchaba bien, que el dolor iría remitiendo...

Si algo me quedó claro es que NO, que una lactancia que duele no hay que aguantarla, no hay que sufrirla... hay que buscar ayuda. 

Si no hubiera sido por La Buena Leche tengo claro que estos 356 días se hubieran quedado en 9 ó 10 , así que gracias; gracias por acompañar, por ser red, por estar ahí y por preocuparos por mi bebé y por mí 💙.

Tres meses y una anquiloglosia después, quitamos pezonera y hasta hoy, que este pequeño monete va a cumplir un año y no hay nada que le guste más que su tetita.

No te avergüences, no dudes, no creas que "molestas", déjate ayudar y sobre todo sigue tu instinto...

No todo es idílico, las noches siguen siendo duras y después de mil despertares digo "hasta aquí", pero cuando empieza el día, veo esa carita y disfrutamos tanto de la lactancia juntos que ese pensamiento se hace un poquito más pequeño 😉.

Martina

lunes, 29 de marzo de 2021

10 años - Un relato de nuestra compañera Noemí






10 años se dice pronto, pero lo cierto es que ha sido una década criando a mis tres cachorros. 

10 años desde que nació mi hijo mayor, aunque yo me sintiera madre antes incluso de concebirle.
 
10 años de risas y lágrimas, porque seamos sinceras, la maternidad tiene momentos de gran alegría y también está lleno de sombras que en momentos nos ahogan. 

10 años en los que he dado teta casi sin parar, ese cordón umbilical de leche materna que nos une a los 4.

Nunca creí que fuera a pasar así, si alguien me lo hubiera dicho cuando mi mayor aún era un bebé de semanas me hubiera reído a carcajadas. Pero la vida va pasando y para mí la opción fácil siempre fue la teta, imposible plantearme destetar porque no creía tener recursos para gestionar mis propias emociones y las de mis criaturas. 

Mi opción fue seguir hasta que ya no quisieran más y en momentos me sentí un cero a la izquierda por no escucharme y a momentos me sentía en paz y confiada. 

10 años dan para mucho y yo siento que ya he pasado de etapa, que la crianza más visceral queda en el recuerdo y en el corazón. Me siento profundamente agradecida de todo lo vivido y estoy deseosa de poder vivir la siguiente fase, esta vez "soltando su mano al andar y ya de reojo les intentaré cuidar", como dice la canción de Conchita.


Este es el enlace a la canción:


Si te apetece contarnos y compartir tu experiencia con la lactancia materna, no dudes en escribirnos, ¡publicaremos tu historia encantadas!

viernes, 19 de febrero de 2021

Viiolencia obstétrica, otra violencia contra las mujeres



Se acerca el 8 de marzo, Día de la Mujer, que se empezó celebrando como de la Mujer Trabajadora para reivindicar el trabajo femenino fuera del hogar pero que, una vez normalizado éste, parece que dejaba fuera a las mujeres que trabajan en el hogar o las que están en paro, es decir, las que trabajan un montón pero no cobran un sueldo. En los últimos años hacemos además alusión en este Día a la tremenda violencia que se ejerce sobre las mujeres y al alarmante número de ellas que son asesinadas por sus parejas o exparejas. Afortunadamente nos vamos sensibilizando cada vez más sobre la discriminación y violencia hacia la mujer aunque todavía debemos seguir haciéndonos preguntas.


¿Qué es la violencia? A menudo, aún se cae en el error de pensar que la violencia es un daño físico que se le hace a otra persona, algo que deja marca en el cuerpo y, si no la deja (un cachete, un empujón…), la actitud se mantiene por debajo de los estándares de la misma, o sea, algo tolerable. Pero igual o más dañina es aquella que no deja marca visible aparentemente, que la deja en nuestro interior (emociones y psique), como pueden ser burlas, menosprecio, insultos, palabras hirientes...


¿Hacia quién va dirigida la violencia? Siempre hacia el ser más débil o vulnerable, hacia aquella persona que por su condición o situación no puede defenderse de forma eficaz. Por eso sobre todo se ejerce en animales, niñas, niños, personas de edad, mujeres, y gente a nuestro cargo.


¿Quién la ejerce? Es ejercida por hombres, mujeres e instituciones. También por niños y niñas que reproducen lo que ven a su alrededor o lo que ello/as mismo/as están sufriendo. Pensemos que venimos de una sociedad basada en la violencia y que nuestra psique y nuestra cultura están impregnadas por ella, por eso no es tan fácil de erradicar. Así que nos encontramos con esa actitud en multitud de ámbitos: doméstico, educativo, laboral, sanitario… ámbitos todos ellos en los que la mujer es especial víctima por la forma machista de considerarla a través de la historia.


Así que, si todavía hay quien se resiste a aceptar que una gran cantidad de mujeres son maltratadas en sus propios hogares, aún cuesta más aceptar que en lugares tan asépticos e instruidos como puede ser un hospital, también se ejerza violencia sobre nosotras. Lo que pasa es que tenemos tan integrado el mal trato que parece que, mientras no corra la sangre, todo es normal.


La violencia obstétrica se ejerce sobre la mujer que está embarazada o ya de parto, post parto, o también durante un tratamiento de fertilidad, o en una pérdida gestacional, momentos en los que se encuentra en una situación extrema de vulnerabilidad tanto física como mental y emocional. Y se produce cuando se le falta al respeto con comentarios jocosos, se la ridiculiza, se la trata como a una niña sin conocimiento, se quita importancia a lo que siente, no se la informa, no se le dan opciones, no se la deja decidir libremente, o se le obliga a hacer algo que no quiere.


Algunas de mis experiencias directas:


...cuando en mi primer parto la matrona no me dejaba mover y se sentaba encima de una sábana que me envolvía para mantenerme quieta


...cuando tuve que aguantar que, mientras yo dilataba, ella narrase la enfermedad y muerte de su marido a mi acompañante


...cuando me pegaba azotes en los muslos para que no gritara


cuando no respetó que dejase de latir el cordón, como habíamos pactado


...cuando en el ingreso de mi segundo bebé en neonatos por un neumotorax no me dejaban estar con ella ni probar a amamantarla


...cuando durante la cesárea de mi tercer bebé estaban hablando entre del fin de semana y de ir o no ir a la playa


...cuando al aceptar que me pusieran música para no tener que oírlos, me pusieron los 40 Principales


cuando durante la cesárea comenté que me estaba doliendo el estómago y me dijeron que eso era psicológico (al poco rato vomité)


y tantos otros detalles que no voy a desglosar aquí.


Cuéntanos tu caso. Todo esto ocurrió hace ya unas décadas, por lo que puede parecer que lo sucedido es algo de tiempos pasados y que ya no ocurren cosas parecidas, por eso os emplazo a que nos contéis vuestros casos pues, a pesar de los cambios en el protocolo de partos, la violencia se sigue produciendo muchas veces, como vimos en 2019 con el sonado caso del “parto de Oviedo”, en el que la policía se presentó en casa de una mujer que estaba ya de parto para obligarla a parir en el hospital. Porque sólo sacando a la luz nuestras experiencias y nuestro rechazo a ese trato podremos sensibilizar a más gente y conseguir que esto no se siga viendo como algo normal. Solo contándolo podremos conseguir que estas conductas acaben.


Para terminar os dejo dos links: uno en el que la psiquiatra Ibone Olza nos informa de las secuelas de la violencia obstétrica  y un video en el que se entrevista a la matrona Paula Camarós sobre el tema.

 

Isabel Gutiérrez del Campo

martes, 5 de enero de 2021

Encuentros de Enero



Aprovechando que hoy toca noche mágica y desando que os dejen todo aquello que habéis pedido, en LA BUENA LECHE os dejamos los Encuentros del mes de enero: martes 12 a las 16:30, y jueves 28 a las 17:00

Recordad que los realizamos de manera gratuita y que para asistir solamente es necesario que nos enviéis un correo a labuenalecheasociacion@gmail.com. ¡Os esperamos!

lunes, 4 de enero de 2021

¡FELIZ 2021!



Esperamos que hayáis podido pasar buenas fiestas 
y que encaréis el nuevo año con ánimo.
En La Buena Leche seguimos trabajando con alegría
y continuamos a vuestra disposición.