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martes, 4 de agosto de 2015

Trucos para amamantar a tu bebé en verano

En este artículo de la revista Ser Padre la asesora Eloísa López resuelve algunas dudas que nos podrían surgir a las madres lactantes en verano.




La leche materna es el alimento idóneo para el crecimiento y el desarrollo del bebé. La Organización Mundial de la Salud recomienda que durante los seis primeros meses de vida tome pecho en exclusiva y a demanda, es decir, siempre que lo requiera y todo el tiempo que desee. Esto es especialmente útil en verano, porque el bebé puede hidratarse cuando tiene sed y hacer una toma más larga (tomando la parte más grasa) cuando tiene hambre. Después de los seis meses, cuando come otros alimentos además del pecho, si hace calor y está inquieto podemos ofrecerle agua en vaso.

¿Cambia la forma de mamar del bebé en verano?

En verano, todos transpiramos más y perdemos más agua. Por eso es habitual que los bebés quieran mamar con mayor frecuencia, aunque en menor cantidad en cada toma. Esto se explica porque en la primera parte de la toma, la leche contiene más agua y azúcar, de modo que satisface antes la sed del bebé. Así que cuando el calor aprieta, no hay que esperar a que el pequeño llore para colocarle en el pecho, sino atender las señales que realiza para indicar que quiere comer: cabeceos, sacar la lengua, llevarse la mano a la boca o hacer sonidos de llamada. Y es importante ofrecerle los dos pechos, ya que si tiene mucha sed puede tomarse la parte más líquida de uno, pero también la del otro sin necesidad de terminarse el primero.

En verano, bebe más agua

La leche materna contiene un 85% de agua, suficiente para satisfacer la sed del bebé, con independencia del líquido que beba la madre. No es cierto que haya que tomar más agua para tener más leche. Basta con beber lo que nos pida el cuerpo. Durante la toma es habitual sentir sed porque la hormonaoxitocina (que produce sed) aumenta cuando el bebé succiona. Por eso, y más en verano con las altas temperaturas, conviene dejar a mano una botella de agua para no tener que levantarse antes de que el peque termine de comer o pasar un mal rato por la sed, pues las primeras tomas, hasta que se coge el ritmo, pueden durar bastante tiempo.

Combatir el calor

Muchas mujeres se acaloran cuando amamantan. También el bebé puede sudar mucho por la cabecita mientras come, por el esfuerzo que supone la succión. Para estar más cómodos, la madre se puede poner una gasita fina sobre el brazo donde se apoya el niño. Lo mejor para bajar los grados en casa en las horas centrales del día es cerrar las ventanas y bajar las persianas. La estancia donde se da el pecho se puede refrescar con aire acondicionado o con un ventilador, siempre que el chorro de aire no se dirija directamente albebé.

¿Puedo hacer topless si estoy dando el pecho?

No hay contraindicaciones para tomar el sol en el pecho, pero conviene hacerlo en las horas de menos calor y con protector solar. Ninguno pasa a la leche a través de la piel, siempre que se evite la zona del pezón y la areola. Si la mamá necesita echarse crema en esta zona, luego debe lavarla bien antes de la toma.

En cualquier lugar

Dar el pecho no debería ser un impedimento para salir de casa. Hoy en día se puede amamantar en cualquier lugar. Muchas mujeres lo hacen sin reparos, pero a otras les da pudor amamantar en público. En este caso, es mejor usar camisetas que blusas con botones, pues las primeras pueden levantarse desde la cintura de forma que se muestra menos el pecho. También se puede optar por una camiseta de lactancia, con la que solo se ve una parte del seno, que es la que el bebé tapa con su cabecita, o usar una bandolera o un fular portabebés, que permiten amamantar con total discreción. En la piscina o la playa, el pecho se puede cubrir con un pañuelo fino, de algodón, lino o hilo.

Amamantar de viaje

Después del parto, si la madre y el bebé están bien, no hay inconvenientes para realizar viajes en coche, tren o avión, aunque es preferible esperar a que pase un mes para que las molestias de la episiotomía o la cesárea (si las hay) hayan remitido.
Si el trayecto es largo, habrá que amamantar al pequeñín en ruta. Tanto en el tren como en el avión, viaja en los brazos de mamá (con un cinturón especial) y ella puede darle el pecho en cualquier momento. Si se va en automóvil, habrá que parar para darle de comer y buscar una posición cómoda para los dos, sin prisas, aunque suponga alargar el tiempo del viaje. Lo bueno de viajar con un bebé lactante es que su comida va con él, la familia puede moverse libremente y alojarse en cualquier tipo de establecimiento (más complicado cuando ya coma otros alimentos y haga falta una cocina para prepararlos).

Más cuidado al conservar la leche

Si mamá tiene que volver al trabajo en verano o planea hacer una escapada de unas horas, puede sacarse la leche para que otra persona se la ofrezca al niño. Hay que tener en cuenta que el peque necesitará más cantidad por el calor(por lo que conviene aumentar la reserva) y que la leche materna se puede estropear con las temperaturas altas. Lo ideal es refrigerarla (si hace falta en una nevera portátil) justo después de su extracción, para asegurarse de que se conservan todas las propiedades.
Asesora: Eloísa López, asesora del grupo de lactancia Multilacta

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