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sábado, 5 de noviembre de 2016

MAMAR SIN BARRERAS



Un día, una mañana… un impacto…

    No creía posible que mi propia hija mayor, de casi 5 años, fuese capaz de asombrarme tanto… Si me acuerdo bien, fue un sábado. Me levanté prontito para poder asistir a una charla sobre el parto respetado. Cuando llegué, como siempre, mis peques se pusieron a jugar hasta que empezó la charla.

    Vieron que mamá se había sentado a escuchar y corrieron para amontonarse encima de mí. Hasta aquí todo iba como siempre… la peque se puso a mamar, la mayor jugueteaba por ahí y yo intentaba captar lo máximo posible de la valiosa información. 

   Y entonces fue el momento de mi impacto personal e íntimo (aquí es el lugar donde debo concretar que mi hija mayor mamó solo un mes y medio y no tiene ningún recuerdo de aquellos pocos días). A mi lado había otra mamá que, igual que yo, quería escuchar y que a la vez estaba dando el pecho a su hija de 18 meses. En aquel momento vino su hija mediana de 4 años y medio que también quería la teti“. La mamá manejaba el tándem estupendamente. Fue entonces cuando me fijé en mi niña mayor… Me estaba mirando, y en sus ojos vi mucha curiosidad y que no se atrevía a decir lo que tenía en la mente… Se acercó y dijo: "Mami, ¿puedo yo también tomar de tu tetita?" 1 segundo… 2 segundos… 3 segundos… 4… No supe cómo reaccionar… En mi corazón se juntaron sorpresa, ilusión, recuerdos… De repente volví 5 años atrás y me veía con ella en brazos, mirándola cómo mamaba… 5 segundos, 6 segundos…

    Cuando ya fui capaz de coger aire y abrir la boca, le dije que si ella de verdad quería probar de la leche de mamá, le daría encantada. Con inseguridad se sentó enfrente de mí y me miraba con sus ojos bien abiertos. Le explique cómo tenía que abrir la boquita y se puso a mamar… Fue como si tomara el pecho por primera vez en su vida… En realidad fue bastante doloroso porque ella nunca aprendió a mamar correctamente: la razón por la que de bebé tomó el pecho tan poco tiempo. Me dolía, pero no quería pararla, no quería que se sintiese mal por hacer daño a mamá… Bueno… al menos unos instantes. Después la tuve que quitar porque el dolor se volvió muy fuerte. Soltó la teta y me miró. Fue un momento un poco cómico, porque ninguna de las dos sabía muy bien cómo reaccionar… Vi la sonrisa en su cara y ¡me alegré mucho! Le pregunté que si le había gustado el sabor de la leche de mamá y me dijo que no era como su leche de vasito, pero que era dulce y que sí, le había gustado. Le pregunté por si quería intentarlo de nuevo, pero me dijo que quizás en otro momento. 

   Empecé a pensar… ¿Qué le ha provocado esta necesidad? Si no ha estado mamando mucho tiempo… ¿Será porque ha visto a la otra nena y simplemente le ha surgido la curiosidad de cómo es? ¿O será a un nivel muchísimo más profundo…? ¿En algún lugar en su cerebro se ha quedado este "vacío" al no poder a amamantarse y sufrir un destete  cuando  solo tenía 2 meses? ¿Será otro tipo de necesidad? ¿…de sentirse amada? Pensará: Como siempre mamá esta con mi hermana pequeña en la teta, puede que la quiera más que a mí…“ Fueron solo unos instantes, y cuántas preguntas han provocado. Cuánto me gustaría saber que ocurría en esta pequeña cabecita. Hasta el día de hoy no ha vuelto a pedirme más teta… creo que aquel día supo que me hacía daño y por eso no se lanza de nuevo, aunque en el fondo sí le gustaría probar de nuevo…


  Esta experiencia me marcó y cambió mi punto de vista sobre la frase "Solo los bebés necesitan tetita". Hoy en día la sociedad es demasiado cruel y cerrada en los marcos de los tabús. Si solo fuera posible que nadie te mirase raro por intentar consolar a tu hijo (que ya no es un bebé) dándole la teta… y si solo fuera posible que el mundo abriese más su mente y viese que la teta es mucho más que una forma de alimentar… Sí, sabemos que es mucho más que eso… para los bebés es casi todo lo que existe en su mundo, pero ¿y qué hay de los niños y niñas mayorcitos? ¿Solo porque ya no son pequeños deben perderse la oportunidad de conectar con su madre, de sentir ese apoyo emocional? ¿Quién dice que es suficiente consolar a tu hijo solo con un abrazo? ¡Qué injusto me parece! Si solo fuese posible amamantar sin barreras…

Victoria Mitova

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