-Diego.
-Dieeeego.
-¡¡Diego!!
Diego, tres años, no oye a su madre. Está absorto viendo una película del fantasma Casper en la tele del salón y no hay forma de que quite los ojos de la pantalla. "Nada, se abstrae por completo", dice Blanca. Como la mayoría de los niños, Diego empezó a ver la tele hace ya tiempo. Se la ponen por las mañanas, mientras sus padres terminan de vestirse, y por la noche, antes de dormir. "Y desde que nació su hermana, si estoy sola y necesito dedicarme a ella también se la pongo un rato". Los padres de Diego no son ni mucho menos unos despreocupados. Juegan con él, le leen cuentos y cuando hace falta recurren también a la tele, aunque prefieren tirar de DVD para evitar que vea tantos anuncios... leer noticia completa
-¡¡Diego!!
Diego, tres años, no oye a su madre. Está absorto viendo una película del fantasma Casper en la tele del salón y no hay forma de que quite los ojos de la pantalla. "Nada, se abstrae por completo", dice Blanca. Como la mayoría de los niños, Diego empezó a ver la tele hace ya tiempo. Se la ponen por las mañanas, mientras sus padres terminan de vestirse, y por la noche, antes de dormir. "Y desde que nació su hermana, si estoy sola y necesito dedicarme a ella también se la pongo un rato". Los padres de Diego no son ni mucho menos unos despreocupados. Juegan con él, le leen cuentos y cuando hace falta recurren también a la tele, aunque prefieren tirar de DVD para evitar que vea tantos anuncios... leer noticia completa
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