"Aparece un nuevo modelo de mujer: extremadamente delgada,
adolescente, casi andrógina, con un cuerpo no desarrollado. Son los años
sesenta, los años del despertar, de la búsqueda de libertades de la mujer, de
cambios de normas y paradigmas. Es señalable que, cuanto más libre se hacía la
mujer, tanto más cambiaba su cuerpo hacía lo rectilíneo. Una evidencia de que la
libertad y la maternidad no parecían caber en el mismo
cuerpo."
"En el mundo de la moda y el espectáculo (los que marcan las
tendencias e imponen modelos), el vientre femenino ha desaparecido. No existe.
No está. Podría ser una anécdota sino fuera porque lo que oculta el abultado
vientre de una mujer es un útero relajado."
"Los arquetipos de belleza occidentales no son tan inocentes como
podíamos imaginar. Desde la más tierna infancia, las niñas juegan con muñecas
que presentan un tipo de mujer extremadamente delgado. Una Barbie posiblemente
tendría problemas de infertilidad al no tener suficiente índice de grasa
corporal. Una delgadez extrema que nos deja exhaustas y desvitalizadas,
lánguidas y cansadas… débiles y sumisas. Muñecas infames que van moldeando la
delicada percepción que sobre el propio cuerpo tienen las niñas desde la más
tierna infancia."
"En cualquier paseo, los escaparates nos ofrecen maniquíes (en
ocasiones sin cabeza) que nos interrogan desde el cristal: y tú, ¿eres como yo?
En esta sociedad es imposible escapar al dominio absoluto de este modelo de
mujer delgada, sin vientre, que se esfuerza en ser atractiva para los demás a
pesar de sí misma, que se hace más pequeña, más fina, que se embellece con
afeites y cosmética, que acude a la cirugía estética, que va a la moda, que
compra y consume, que es pasiva/receptora y no activa/creadora de su propio
modelo de ser…"
"¿Por qué querríamos renunciar a la fuente de placer que proporciona
el útero relajado y el vientre? ¿Es una estrategia inconsciente (o no) del
patriarcado para castrarnos aún más? ¿No será, al final, un elemento más de
sometimiento? Lamentablemente, mi respuesta es que los modelos de ser mujer en
una sociedad no nacen de la casualidad. Tienen una funcionalidad y en este caso,
me parece que demasiado evidente. Romper el placer y la sensualidad en la mujer
de forma que no goce demasiado, que se someta por falta de vigor y vitalidad,
que luche contra su propia naturaleza para sentirse aceptada por terceros, es la
demostración de las huellas del patriarcado en nuestro cuerpo de
mujer." Mónica Felipe-Larralde
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